domingo, 14 de marzo de 2010

La misma piedra?.. o el mismo pie?

Todos alguna vez hemos dicho " tropecé de nuevo y con la misma piedra" pero... Qué tal si no fue la misma piedra? Quizás fue el mismo pie.. porque es muy fácil culpar a los demás de las cosas que nos suceden y no nos ponemos a pensar que lo que nos hace caer somos nosotros mismos.

Todos tenemos debilidades entre ellas nuestro "talón de Aquiles" El amor.
vivimos reprochandonos el porque no hicimos algo debido en nuestras relaciones o preguntándonos cómo hubiese sido si hubiéramos hecho lo que sentíamos en el momento... Como por ahí dicen.. es mejor decir me acuerdo a decir me imagino.

El punto está en hacer lo que sentimos y dejar de sentir pena por el qué dirán
de lo contrario siempre seguiremos con la idea de que los problemas o las situaciones que a medida de el tiempo suceden son obstáculos que no nos dejarán avanzar..

La piedra es el problema y nosotros movemos nuestros pies... nunca hemos conocido a alguien que camine en reversa o si? Así mismo no retrocederemos los problemas que hemos cometido ni tampoco iremos mirando siempre hacia el suelo viendo si hay piedras o no porque si no trinaríamos de igual forma dándonos un gran golpe con la pared que teníamos al frente y no vimos porque siempre estuvimos viendo hacia el suelo.

1 comentario:

  1. Yo solo quisiera agregar que "de tanto que camino, ya se como caer" y que "siempre supe que es mejor cuando hay que hablar de dos empezar por uno mismo" pero ya lo dijo Shakira, asi que mejor no lo agrego.

    Pues si amigo,a veces es muy facil decir como evitar los problemas y vivir nuestra vida sin complicaciones(y en realidad lo es, pero siempre esta de por medio el maldito miedo, que ciertamente el miedo a veces es un mecanismo de supervivencia y gracias el estamos aqui, pero se arraiga a veces en nuestras emociones y subconciente, la batalla contra el amor, la superacion y lo que se te ocurra es el miedo en sus diversas presentaciones.
    El verdadero reto es a pesar de las circunstancias, enfrentarlo como David a Goliath, verlo a los ojos a pesar de vernos insignificantes, verlo fijamente y enfrentarlo

    ResponderEliminar